Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La espiritualidad poética contemporánea aporta nuevas experiencias lingüísticas a la historia de la mística tradicional. Esta devoción al misterio que no crea especialistas sino aprendices, navegantes de aguas heladas (René Char), finos animales de sombra (José Ángel Valente) u observadores atentos y en débito de creciente interés nace, se sostiene y se desarrolla desde su propio núcleo vital, pero se nutre de las abundantes vertientes espirituales y culturales del Oriente, el Occidente y el mundo innombrado. El conjunto relativo a la espiritualidad poética (Andrés Sánchez Robayna) representa en este libro el bosquejo de una idea en continuo proceso de ponderación, una idea tan simple como compleja y tan antigua como actual. Además de tan temerarias incursiones, se han incluido otros ensayos, artículos y reseñas de cariz más exterior, pero no menos puntual, como la crisis humanitaria de las migraciones actuales, las ideologías y las guerras, el problema del género, la maternidad o el suicidio entre las mujeres intelectuales hispanoamericanas, y la escritura disidente sobre los muros de nuestras urbes.