Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Para reconstruir una biografía de Constantino Escalante se dispone de escasos indicios. Su vida pública la conocemos a través de obra que circuló en La Orquesta, una de las mejores publicaciones satíricas del sigo XIX mexicano. De su mundo privado contamos con poco: un acta de nacimiento, una oración fúnebre, una litografía y dos fotografías - situadas en la frontera de lo público.La primera fotografía nos habla de lo que Baudelaire definiría como el típico flameur de medio siglo. Sentado en el estudio, de algún fotógrafo -a juzgar por la calidad de la imagen tal vez el de Valleto-, ve al público desde una posición contorsionada más propia de aquellas litografías que representaban al "poeta" en Los mexicanos pintados por sí mismo, que del estereotipo que nos podemos crear de "el" caricaturista de un periódico satírico. Este volumen invita a realizar una lectura diferente de nuestra historia a través de la obra de este gran caricaturista.