Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A lo largo de los siglos, la cocina mexicana se ha constituido de los sabores que son parte de nuestra identidad. En el maguey, el nopal, el chile, el cacao o la calabaza van implícitos rituales, formas de vida, pensamientos, historias y tradiciones. Por ello, en nuestro número 122, queremos descubrir los lazos históricos, estéticos o sociales creados en cada ingrediente inminentemente mexicano. Aquí, damos a conocer 31 productos que nuestro país legó al mundo, y cuyas resonancias han traspasado generaciones y fronteras. Se conforma como un catálogo visual del sabor de México que se acompañará de textos emblemáticos del siglo xvi al xix, ya que en ellos encontramos una mirada fresca y original sobre cada ingrediente