Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Don Everardo tiene frente a sí el cadáver de Eva y se resiste a creer que Lecumberri sea nuevamente escenario de un crimen. Miguel, ex-agente y director de la policía en los setenta, se siente perseguido debido a la apertura de los archivos de la antigua Dirección Federal de Seguridad. Mientras tanto, entre Jacinto, Primitivo, Gustavo y Enrique surge el ánimo de desentrañar el misterio sobre el asesinato de Eva, que parece tener relación con el contenido de los archivos que están por hacerse públicos.