Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Esta obra replantea el debate sobre el imperialismo y la dependencia a la luz de la mundialización del modo de producción capitalista de las últimas décadas. Dos conclusiones esenciales: 1) en los países dependientes funcionan plenamente las leyes de acumulación de capital, y 2) el desarrollo desigual entre países adelantados y subdesarrollados se explica desde la centralidad de la explotación del trabajo por el capital, y no postulando la idea de que las periferias son explotadas por los países centrales.