El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Érase una vez un jardín. Es un jardín normal y corriente, con flores, plantas y habitantes que viven en él todo el año. Una mañana, sin previo aviso, una semilla cae del cielo y aterriza en el suelo, perturbando la vida tranquila de los pequeños habitantes del jardín.
A lo largo de las páginas, observa la evolución de una semilla que germina, y descubre la ajetreada vida de los habitantes del jardín.
La generosidad y el apoyo mutuo subyacen en el discurso de este precioso álbum. Con la ingenuidad que caracteriza a la autora y su agudo sentido del detalle, Dubuc crea verdaderos microcosmos donde poder apreciar el lado más apacible de la vida en el jardín.