En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Se podría clasificar a Muerte parcial como una pieza de pura malicia o de malicia pura. Su íncipit -porque también el teatro puede trabajar con íncipites- parece extraído de una noticia periodística: cinco cadáveres, con los rostors ensangrentados, son iluminados por el flashazo de un fotógrafo.La obra se desencadena luego con vidas que se antojan paralelas: dos parejas, dos conflictos de personajes suspendidos en el limbo -en el círculo de cal de la imaginaaria, donde espera su turno el próximo bateador-, sometidos a una muerte parcial, deseosos de vivir ¿desde la muerte? una segunda oportunidad. Del thriller prometido a la atmósfera del absurdo; a un universo donde los cuatro protagonistas aguardan, como quien espera a Godot, la llegada o la aparición de un cincuentón de nombre vulgar: Ernesto Velarde.Muerte parcial, el thriller y la irrealidad, transita con una soltura expectante.Vicente Leñero