El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En 1755, la Enciclopedia arrojaba una o a la basura: lo que hasta ese entonces se había llamado, en francés, oeconomie (oikonomía) se convierte en économie economía. Al perder la o, la economía va perdiendo progresivamente la memoria de su sentido original (oikos, casa, nomos, ley), y se independiza de la gestión del resto de la sociedad, hasta el punto de presentar las leyes que enuncia como si fueran leyes naturales a las que sólo podemos suscribir.