Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Basado en cientos de entrevistas y más de diez años de investigación, Jeff Chang nos ofrece en Generación Hip-Hop una exhaustiva historia musical y cultural del hip-hop, desde sus raíces en los sound systems jamaiquinos, pasando por las guerras de pandillas y fiestas callejeras en los guetos negros de Nueva York, hasta su posicionamiento como uno de los sonidos más influyentes del mainstream actual. Las trayectorias de artistas como Grandmaster Flash, Afrika Bambaataa, Ice Cube y Jay-Z, junto a la de promotores, sellos y djs, son el hilo conductor con el que el autor reconstruye la evolución de este género, interpretando su desarrollo como reflejo de las tensiones políticas e ideológicas que atravesaron la comunidad afroamericana desde la década del 70 en adelante.
Para toda una generación, nacida tras el asesinato de Malcom X y con los gobiernos neoliberales de Reagan y Bush como telón de fondo, los cuatro elementos característicos del hip-hop el dj, el mc, el breakdancing y el grafiti se convirtieron en los canales privilegiados para expresar su malestar y promover una cultura en común. Las distintas formas que adoptó este género, desde la militancia inspirada en las Panteras Negras de bandas como Public Enemy hasta las rimas sexistas y homofóbicas de los artistas del gangsta rap, son el reflejo de una generación que debió debatirse entre la conciencia negra engendrada en las luchas históricas de la comunidad afroamericana y la cultura del individualismo, la competencia y el consumo, exacerbada por la sociedad capitalista contemporánea.