Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Construido a partir de una serie de entrevistas realizadas por el crítico cinematográfico Gustavo García, este libro constituye el recuento autobiográfico más cabal de uno de los grandes artífices de la Época de Oro del cine mexicano: Ismael Rodríguez. Sus memorias son el fresco testimonio de la evolución el séptimo arte en nuestro país. Por estas páginas desfilan los protagonistas indiscutibles de la escena nacional del siglo XX: de Pedro Infante a Juan Rulfo, pasando por Lázaro Cárdenas, María Félix y Luis Buñuel. Rodríguez recrea las circunstancias en que filmó sus principales películas, delata las condiciones de censura de una época autoritaria y rinde un homenaje lúcido a aquellos que, como Frank Capra, impulsaron su carrera y contribuyeron a definir su estilo.Un tono desenfadado, ágil, refractario a toda solemnidad, la voz de Ismael Rodríguez traza cronológicamente la historia de su vida, vertebrada por la pasión incombustible de su oficio y por las amistades que contribuyeron a fraguar su leyenda.Luces, cámara... ¡acción!