El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La intuición propia de un policía para adivinar un delito, unida a la perseverancia de un cazador cuando persigue una buena pieza, parecen ser las dos facultades fundamentales que posee Hervás para resolver los enigmas que presenta el espacio que utilizó Goya en los años finales de su estancia en Madrid. Merece la pena leer y tener en cuenta sus conclusiones.