Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La transformación de Hans Gutmann Guster (Colonia, Alemania, 1911) en Juan Guzmán (ciudad de México, 1982) es significativa, ya que expresa el giro que tomó su vida. La temprana fromación de Hans Gutmann transcurre en Colonia, donde cursa los estudios básicos y crece en un medio familiar modesto.El nazismo adquiere enotnces cada vez más fuerza, de modo que su salida de Colonia a Berlín a principios de los treinta no es ya remedio suficiente. Decide dejar Alemania definitivamente y, trabajandocomo iluminador en una compañía cinematográfica, viaja por Fancia, Italia y Grecia. En sus archivos se conservan unos cuantos negativos de esta etapa que ya anuncian su ojo fotográfico.