Velázquez debe a Italia mucho más
de lo que manifiestan sus biógrafos
y exegetas; y no sólo a Italia, sino a
los Países Bajos; y no sólo a éstos,
sino a sus profesores sevillanos
Herrera y Pacheco, y, al casi
español, Greco. Si se alza sobre los
pintores compañeros fue por su
cultura pictórica.