El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Yo soy Fontanarrosa, le dice a su viejo conocido, al terminar de jugar uno de los peores partidos de su vida. Sus compañeros de equipo son Chéjov, Tolstói, Kafka, Hemingway, Joyce y seis más, a todos los ha decepcionado. Es casi el final de un insólito día entre policías, escritores, futbolistas y la cabeza de Juárez. Este entrañable cuento de Villoro, a manera de crónica urbana, es un regalo de humor, pasión literaria y pasión futbolera.