Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un narrador innominado cuenta la historia de un traductor profesional cuya identidad tampoco llegaremos a conocer. Sabremos, sin embargo, que a lo largo de su vida residió en Londres, París y Gales, y que estuvo casado dos veces. Se nos dará cuenta de sus refinados gustos musicales y, cómo no, literarios. Conoceremos sus andanzas por los lugares donde vivió, y sus desdichas, reales o imaginarias. Por encima de todo, disfrutaremos de una exquisita narración enmarcada por un estilo de vida único y, en todos o casi todos sus aspectos, casi extinto.Gabriel Josipovici, uno de los mejores escritores en lengua inglesa cuyas temáticas huyen de las modas para centrarse en asuntos de importancia objetiva y universal, entrega en esta breve novela un relato de elevada intensidad sobre la pérdida. Una pérdida que, una vez más, puede ser auténtica o mera fantasía.