Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Las dos obras que conforman Violento interino, nos transportan al teatro del absurdo de los años cincuenta, donde la incomunicación y las relaciones fallidas son su principal característica. La primera obra que da el título al libro, es la historia ambigua de un hombre que no recuerda su pasado --o podría ser que se tratara de otro con el mismo nombre y la misma fisonomía-- y despliega el tema de la alteridad de manera inquietante y en tono sardónico. Extraña fábula empresarial nos traslada a un mundo laboral donde las apariencias cobran más importancia que los conocimientos. En esta obra, el autor utiliza el absurdo como leitmotiv para hacer una aguda crítica social.