Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La pintura contemporánea oaxaqueña cuyos antecedentes se remontan a través del trabajo de sus principales artistas hasta las creaciones del México antiguo, constituye uno de los panoramas artísticos más sorprendentes en las artes visuales latinoamericanas de las últimas décadas. A la par que han sabido mantener vivos sus nexos con el arte popular mexicano, así como en el arte colonial y prehispánico, los pintores oaxaqueños no han pasado de largo la fértil experiencia de los artistas modernos y contemporáneos de todo el mundo.Porque, como sucede con todos los grandes creadores, los pintores oaxaqueños han sabido echar mano de lo que necesitan allí donde la encuentran: bien sea en el pasado o en el presente y si reconocemos que los verdaderos artistas muchas veces se adelantan a su tiempo hasta el futuro.Hay en la pintura de Nieto una especie de "jazz cromático": una improvisación a ratos sutiles ya a ratos brutal, de pronto deshilvanada y casi siempre obsesiva, de un virtuoso de los pinceles y el color en constante rebeldía contra las convenciones establecidas en su gremio y en la vida social.