Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Uno de los máximos exponentes de la novela histórica mediana del siglo XIX fue Don Vicente Riva Palacio, quien, inspirado en documentos históricos, escribió diversas novelas en las que trató de recrear la forma de vida durante la época colonial. De tales novelas destacan Monja Casada, virgen y mártir y Martin Garatuza, que narran eventos acaecidos a mediados del siglo XVII y en los que surge la figura de Martin Garatuza, por mucho, el personaje más celebre del autor y que está inspirado en el histórico Martin de Salazar y Villavicencio, pícaro, embaucador y ladrón, quien fuera apresado y juzgado por la inquisición en 1642. Pero ¿hasta qué punto el autor recreó el perfil real del personaje y hasta qué grado lo modificó y adaptó a las necesidades de su novela? Para tratar de responder estos interrogantes, en este trabajo se ofrece un análisis comparativo entre el personaje histórico y el ficticio y se trata de determinar el grado de veracidad que Riva Palacio imprimió en sus trabajos, ya no sólo del personaje, sino de los mismos sucesos históricos que allí se narran. Este libro es pues un análisis histórico-literario de las dos novelas en las que aparece Garatuza; la información se complementa con fatos del propio proceso inquisitorial en su contra. La hipótesis es que el protagonista, aunque evidentemente inspirado en un personaje histórico, tiene más de ficción que de realidad; es decir, es un constructo diseñado para presentar la propia concepción del autor ante la historia colonial, en un intento por exaltar los ideales políticos, éticos y religiosos de una nación joven y en pleno proceso de construcción de una identidad.