Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Sam Williams, caballista es la historia de un hombre solitario, expulsado de la ciudad Antigua (ahora) Ocupada, en donde deja a sus compañeros en pie de guerra y con quienes mantienen contacto. Su única relación con la realidad es ser escritor de contraportadas para una editorial. No tiene asideros, sólo una jauría, sus arcos y flechas, y la viva figura de un caballo muerto. Sufre de insomnio y, cuando duerme, lo acosan terribles pesadillas o revelaciones. Atraído por los secretos de la geometría, utiliza su cuerpo para adoptar las líneas vertical, horizontal y quebrada como posturas que determinan su contacto con el exterior y con el mundo interno.