Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- talvez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que poso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo.