El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Thoreau comenzó a llevar un diario a los veinte años, y terminó rellenando catorce cuadernos y una recopilación que tituló Fragmentos, o lo que el tiempo no ha cosechado de mis diarios.