Domingo 26 de abril de 1478. Durante una misa solemne celebrada por el cardenal Riario, una multitud de sombras se abalanzaron sobre Lorenzo de Medici y su hermano Giuliano. El Magnífico sobrevivió de milagro, pero Giuliano fue apuñalado tan salvajemente que no hubo forma de salvarlo. Ahora Lorenzo teñirá de sangre las calles de la ciudad, la cuna del Renacimiento El dolor y el remordimiento se han instalado en el corazón del otrora llamado gran mecenas de las artes, hoy un tirano.
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