Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Del Gobierno representativo, obra que tuvo un gran éxito en el momento de su publicación, evidencia la sabiduría política de John Stuart Mill y su capacidad de análisis. En una época en que las ideas democráticas totalitarias empiezan a ganar terreno frente a las todavía favorables a la sociedad abierta o espontánea, y en que el parlamentarismo se ha degradado hasta ser pretexto para la consolidación de nuevas sociedades pseudocortesanas, este libro tiene el valor de recordar nítidamente la forma ideal de gobierno que ha constituido el desiderátum de la historia de Occidente. El conocimiento que tenía Mill de los problemas socioeconómicos le ayudó a comprender, desde su propia perspectiva liberal, las aspiraciones de las clases medias y trabajadoras; por ello, las ideas que mantuvo sobre la democracia representativa fueron algo más que la mera descripción formal del aparato político de la Inglaterra de sus días.