Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Ninguna teoría acerca del funcionamiento y estructura de la mente ha ejercido tanta influencia ni ha adquirido un estatus tan preponderante como la doctrina psicoanalítica, cuyas categorías y explicaciones no tardaron en convertirse en núcleo de un modo radicalmente nuevo de entender la realidad psíquica que ha marcado de forma notable el mundo moderno. Editada por primera vez en 1895, La histeria fue la primera gran obra que publicó Sigmund Freud (1856-1939). Dividida en tres partes, la primera incluye un trabajo introductorio sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos, la segunda reproduce cuatro historiales clínicos y la última realiza una generalización teórica del método terapéutico desarrollado por Freud y J. Breuer para el tratamiento de las perturbaciones histéricas.