Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Publicada por primera vez en hebreo en 1978, La bicicleta de Sumji es, según palabras del propio autor, una sencilla historia sobre un niño a quien una vez le regalaron una bicicleta y la cambió por un tren, el tren, por un perro, el perro, por un sacapuntas, y el sacapuntas, por amor. Pero es mucho más que eso. Es una historia sobre los cambios, sobre hacerse mayor, sobre los sueños. Una historia acerca de las familias, sus amores y hasta sus políticas. Es una historia sobre la ocupación y el colonialismo. Es una historia de Jerusalén. Pero, sobre todo, es una historia sobre un niño que consigue su primera bicicleta y declara su primer amor, todo en el mismo día. Y que, seguramente, llegará a los corazones de todos aquellos que alguna vez han crecido (o que nunca han dejado de hacerlo).