Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La invasión norteamericana de 1847 no sólo significa una radical transformación de la historia y geografía de México, sino también de la percepción de sus habitantes sobre Estados Unidos de América. Pocos conflictos han marcado de modo tan perdurable la vida de nuestro país y, sin embargo, pocos son los estudios que se le han dedicado. Los Recuerdos de la invasión norteamericana (1846-1848) de un joven testigo de esa época, conforman un texto clásico de la historiografía y una de las reconstrucciones más cuidadosas e imparciales de aquellos acontecimientos.
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Recuerdos de la invasión norteamericana (1846-1848)