El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Bajo el mínimo imperio que el verno ha roídose derrumban los días, la fe, las previsiones.En el último valle la destrucción se saciaen ciudades vencidas que la ceniza afrenta.