Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
No olvidaré jamás aquellos días de mi niñez en que viví sobre las aguas. Lo que yo vi entonces, lo veo todavía y, cuando pienso en ello, vuelvo a ser aquel niño que, despertándose, quedó arrobado por la belleza del mundo de las aguas que él había descubierto.