Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Winston Churchill, además de líder británico durante la Segunda Guerra Mundial y premio Nobel de literatura, fue un viajero incansable y un aventurero impenitente. Sólo de esta manera se puede calificar a un hombre que participó en importantes expediciones (las fuentes del Nilo), que luchó en varios frentes (Cuba, Sudáfrica, India...) y que desde la política defendió a su país. Churchill tenía una magnífica memoria, quien para nuestra fortuna disfrutaba escribiendo y pasó a papel la mayoría de los grandes acontecimientos que vivió. Este delicioso libro recoge unas sencillas vacaciones en África (Kenia, los grandes lagos, el Nilo Blanco...) en las que básicamente se dedica a cazar, coleccionar mariposas y observar el mundo que le rodea. Churchill sabe cómo hacer que los detalles más insignificantes, y las anécdotas más simples, alcancen en sus escritos la categoría de piezas maestras. En resumen, estamos ante un narrador atípico, que hace de este libro una pequeña joya pues ofrece a los lectores una faceta, desconocida por muchos, de Winston Churchill, viajero incansable, político y escritor.