Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Este libro, dividido en dos partes, expone la doctrina moral de Rosmini, partiendo de su ontología y su gnoseología. Se trata de una ética enarbolada sobre el principio del ser, del cual se alimenta inmediatamente el deber-ser. El autor expone con detalle la ontología triádica de Rosmini y luego la aplica a la teoria moral. Además, Buganza entabla un diálogo, desde el rosminianismo, con la ética fenomenológica, en el que descuellan nombres importantes como Bretanao, Husserl, Scherler, Von Hilderbrand, Rocoer, Beuchot, Cortina y de Monticelli.
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