Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Si la novela de la Revolución devela las entretelas de una sociedadque transita desde un sistema anquilosado hacia otro que vislumbra entre la polvadera de los caballos y las coronas de humo de las detonaciones, Campamento -publicada originalmente en 1931 y que presentamos en nuestra colección Summa Mexicana -nos muestra a ese ejército que acampa en aquella ranchería perdida en la inmensidad del territorio nacional, susurrando y subiéndole el volumen a la voz de un pasado que el autor trae al presente con un oído y una vista adiestrados en el registro acústico y plástico de la vida cotidiana.Cada uno de los capítulos de esta novela de Gregorio López y Fuentes (1895-1966) da la nota el registro inconfundible: hambre, desamparo, conciencia e inconsciencia, destreza de oficios, confidencias personales, relatos de combates, anécdotas, aventuras, hechos chuscos, guerra hacia adelante y hacia atrás, frustraciones, anticipación de la masa cuando la serpiente regresa al camino, rumbo al sitio que debe tomar pues, aunque lo ignore o pretenda hacerlo, de eso se trata: seguir hacia una plaza sin contornos definidos.