Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Pocos libros se habían asomado con tanta honestidad y pasión a la vida de un músico mexicano como Higinio Ruvalcaba, violinista. Considerado como el 'tata' de los violinistas de este país, Higinio Ruvalcaba (1905-1976) tejió una leyenda que en los últimos años ha crecido y que este libro seguramente reforzará. Los testimonios que prodigaron sobre su genialidad virtuosística figuras como Julián Carillo, Carlos Chávez o Joseph Smilovits, por citar sólo unos cuantos, así como una abundante compilación iconográfica y de la crítica musical que se escribió en torno a su trayectoria, pero, sobre todo, y que lo pinta de cuerpo entero, el epistolario amoroso que, en los años precedentes a su tercer y último matrimonio, sostuvo con su compañera, la pianista Carmela Castillo Betancourt, configuran la parte medular de este volumen. Completan el índice una semblanza biográfica imprescindible y el catálogo de las obras de Higinio Ruvalcaba a cargo de de Gabriel Pareyón.