La prosa memorialista de Ricardo Garibay constituye uno de los momentos m?s brillantes y originales de las letras mexicanas en la segunda mitad del siglo XX. A la vulgaridad, a la ordinariez de la vida, el cronista opone no la narraci?n de la superficialidad sino la profundidad de la esencial; no la an?cdota que retrata simplemente, sin matices, sino la par?bola que ejemplifica. No moraliza, educa con la verdad, incluso contra s? mismo.En C?mo se pasa la vida y ?Lo que ve el que vive! El lector hallar? al escritor y al periodista en plenitud de recursos. Al igual que lo supo Guti?rrez N?jera en la segunda mitad del siglo XIX, Garibay no ignor? lo propio cien a?os despu?s: la palabra escrita nos encadena a la vida y, ya desaparecido su autor, harpa que se emocionen y gocen los desconocidos con pasiones y los placeres nuestros. De este modo, el escritor de talento no escribe para el olvido aun si su soporte es el ef?mero papel peri?dico.En su obra diversa, la prosa memorialista de Garibay es una de las vertientes que han dado nuestras letras p?ginas sin duda imperecedera.
