Una noche. Deseada (Edición dedicada) Primer volumen de la trilogía Una noche
Olivia lo siente nada más entra en la cafetería. Es absolutamente imponente, con una mirada azul tan penetrante que casi se distrae al tomar nota de su pedido. Cuando se marcha, cree que no lo volverá a ver jamás, hasta que descubre la nota que le ha dejado en la servilleta, firmada "M".
Todo lo que él quiere es una noche para adorarla. Sin resentimientos, sin compromiso, sólo placer sin límites. Olivia y Miller. Miller y Olivia. Opuestos como el día y la noche, y aún así tan necesarios el uno para el otro. Él es distante, desagradable y misterioso: sabe siempre lo que quiere y la quiere a ella. Ella es dulce y atenta, una mujer joven de hoy en día que se hace a sí misma y debe encontrar las respuestas a los interrogantes de la vida y de las relaciones a medida que los vive. Quiere ser feliz y amada, pero cuando Miller entra en su vida se da cuenta de que ha perdido el control sobre sí misma y sucumbe a la pasión desenfrenada que nace entre ellos dos. ¿Debe escuchar a su corazón o a la razón?
Jodi Ellen Malpas te hechizó con Seducción, te dejó sin aliento con Obsesión y te dejó con ganas de más con Confesión. Con la trilogía UNA NOCHE, te preguntarás: ¿qué sucede cuando amas a quien no te conviene? Lectura a flor de piel, nervios y excitación constantes. ¡Jesse ya tiene rival!
El mundo de Arreola es como un bosque encantado, poblado de frondosos árboles cuyas copas tocan el cielo del pensamiento: son las obras de Juan Ramón Jiménez, Quevedo, Tablada, León Felipe, que crecieron junto al fresno de su casa en Zapotlán; las plantas que dieron frutos en sus memoriosos encuentros con Borges y le perfumaron la vida con las flores del mal que descubrió en Baudelaire. El universo de Arreola está hecho con el cine de Marcel Carné, las actuaciones de Louis Jouvet y la hermosura de Michéle Morgan; un terreno de celuloide y fantasía donde se habla con la lengua de Rubén Darío y se ama con la pasión de Manuel José Othón; un cosmos personal bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, todo color y trazo fulgurante, pintura de Remedios Varo. Por ahí transitaron figuras como Pablo Neruda, a quien Arreola conoció en texto, emoción y persona, y mujeres como Alma Mahler, Georgette Le Blanc, Eleonora Duce y Sor Juana Inés de la Cruz. Todo pasó por su mundo de prodigiosa memoria, profunda sensibilidad y extraordinaria calidad de artista, maestro y ser humano; todo está aquí, tibio y vibrante todavía.