No hay nadie más experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 años no sólo es la mayor de cuatro hermanos, también es la compañera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante al la vez que estudia muy duro para las clases. Después de que su padre se marcharse sin ninguna explicación cuando ella tenía sólo 16 años, aprendió una gran lección: no te fíes de ningún tipo con sonrisa arrolladora y un imán natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmático y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer mágicamente mariposas en su estómago y que irremediablemente cambiará su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
Una historia de amor auténtico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que sólo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia.
El mundo de Arreola es como un bosque encantado, poblado de frondosos árboles cuyas copas tocan el cielo del pensamiento: son las obras de Juan Ramón Jiménez, Quevedo, Tablada, León Felipe, que crecieron junto al fresno de su casa en Zapotlán; las plantas que dieron frutos en sus memoriosos encuentros con Borges y le perfumaron la vida con las flores del mal que descubrió en Baudelaire. El universo de Arreola está hecho con el cine de Marcel Carné, las actuaciones de Louis Jouvet y la hermosura de Michéle Morgan; un terreno de celuloide y fantasía donde se habla con la lengua de Rubén Darío y se ama con la pasión de Manuel José Othón; un cosmos personal bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, todo color y trazo fulgurante, pintura de Remedios Varo. Por ahí transitaron figuras como Pablo Neruda, a quien Arreola conoció en texto, emoción y persona, y mujeres como Alma Mahler, Georgette Le Blanc, Eleonora Duce y Sor Juana Inés de la Cruz. Todo pasó por su mundo de prodigiosa memoria, profunda sensibilidad y extraordinaria calidad de artista, maestro y ser humano; todo está aquí, tibio y vibrante todavía.