Sólo sé que así fue está formado por dos libros, Secuelas (1986) y Desilusión óptica (1988), los cuales circularon escasamente entre los lectores. Ahora son reeditados íntegramente en un solo volumen, lo que significa una nueva oportunidad para quienes no tuvieron ocasión de leerlos. Como es su costumbre, Ortiz despliega en estos libros su capacidad narrativa y su conocimiento profundo del relato, para entregarnos su visión de los tiempos que siguieron al movimiento estudiantil de 1968. La consistencia de su literatura está presente en cada uno de los cuentos, así como la malicia narrativa, latenteen el sutil tramado general, que parece trazar tenues vasos comunicantes entre los textos.