El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Teñido de la ironía y de la peculiar visión del mundo propias de Mark Twain (1835-1910), Los diarios de Adán y Eva es un breve y delicioso librito que reúne dos obras afines que ahondan en el eterno contraste entre hombre y mujer, en sus distintas sensibilidades, en sus maneras de enfrentarse a la vida y de manejarla. Aunque atados, inevitablemente, a ciertos estereotipos, bajo los textos late, asimismo, una manifiesta corriente de ternura. Y es que, si es muy plausible que Twain escribiera el Diario de Eva (1905) a modo de póstuma declaración de amor a su mujer Olivia Langdon, también lo es que modificara en consecuencia, como sugiere su colofón, el anterior Diario de Adán (1892).
Edición ilustrada