Chelo Gómez es una niña muy lista que estudia cuarto de primaria y ha decidido emular las hazañas de su admirado Sherlock Holmes, el inmortal detective que aclaraba los misterios más oscuros con sólo pasarlos por la trituradora de su mente prodigiosa. Para ello, cuenta con la ayuda de su hermano Guayo (elemental, mi querido Guayo) y la inestimable colaboración de la perrita Llegosola.