Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
La vida y la obra de Fernando García Ponce dan forma a una singular aleación de talento innato, rebeldía, disciplina, caos, autodestrucción tenaz, sólida vocación pictórica y lucha frontal contra los valores establecidos tanto por la moral y las ortodoxias de su época en el terreno vital, como por un rechazo absoluto a la herencia exacerbada del muralismo y sus tres grandes exponentes Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, a los cuales Fernando García Ponce no consideraba pintores sino, despectivamente, "periodistas" en el terreno de la pintura.Lo anterior significa que Fernando García Ponce fue un revolucionario en el sentido estricto del término: ante los convencionalismos de su tiempo "que rechazaba tajante y en muchas ocasiones virulentamente" y un innovador en el contexto de la historia de la pintura mexicana de la segunda mitad del siglo XX.