Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A cinco décadas de 1968 cabe preguntarnos qué tipos de cuestionamientos pueden intervenir para desestabilizar el imaginario dominante de un momento crucial de la historia. ¿Queda algo por decir? El 68 emerge de este libro de una manera diversa se trata del año específico en el que se constituye el movimiento estudiantil y popular que revoluciona la vida social, política y subjetiva de muchas personas; es una constelación en la que el movimiento se continua de diferentes formas en las décadas siguientes.