El público es la linfa que nutre las organizaciones dedicadas a las artes escénicas: sin él, lo que ocurre en la sala carece del destino. Con la desbordante oferta cultural de hoy, urge que orquestas sinfónicas y de cámara, cortos, compañías de teatro, danza y opera desarrollen estrategias para conocer mejor a sus espectadores reales y potenciales, para comunicarse de manera más efectiva, para adecuar las maneras más esenciales, sin atentar contra la calidad artística.