La mente se llena de imágenes al principio de nuestros pensamientos. Antes de construir oraciones, trazamos formas, figuras con sentido sólo para nosotros; plasmamos en papel la casa en la que vivimos; nos imaginamos ante dragones, princesas, elefantes; dibujamos a nuestros padres, hermanos y mascotas; realizamos líneas en playas, bosques y jardines que el agua borra, y así comenzamos a relacionarnos con el mundo. Expresamos sentimientos, pensamientos, lo cercano y lo lejano. Transmitimos a otros lo que nuestros ojos ven y formamos algo en común. ¿Hemos olvidado cómo pensar visualmente o sólo lo relegamos para momentos específicos? El Dossier de este número propone metatextos donde la ilustración genera vínculos con la memoria desde el pensamiento y los sentidos. Ofrecemos un cuento sin palabras, de Ana Paula Ojeda y Juan Palomino, que nos recuerda que basta una chispa para la creación; un nostálgico poema en collage, de Andrea García, que hace habitable cualquier domingo; el ensayo sobre relaciones y revelaciones de María Conejo repiensa el cuerpo femenino por medio del baile; Male recorre las calles de México para recabar frases dichas al aire y recordarnos que la belleza está en los ojos de quien la mira. y el humor también; incluimos un vistazo al Premio Nacional de Novela Gráfica Joven 2018, David Espinosa El Dee, y trascendimos las dos dimensiones con una animación de Federico Gutiérrez Obeso que corre a lo largo de este número cien por ciento gráfico (o noventa y cinco, quizá) y que desemboca en un cómic. Esperamos que su lectura sea más amena que inhóspita. Esta edición pretende ser una invitación a construir puentes con el otro desde el dibujo, como lo hacíamos de niños, como lo hacemos por profesión, diversión o necesidad cada que una hoja y un lápiz quedan a nuestro alcance.