Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En este febrero nos invadió la nostalgia y dedicamos nuestra Algarabía 173 a los años 80: hablamos de los reyes del pop: Michael Jackson y Madonna, del entrañable escritor Milan Kundera, de las series ochenteras más vistas, de la Ciudad de México antes y después del terremoto del 85, del marginal artista Jean-Michel Basquiat y la dulce Tracy Chapman, de la moda y las palabras de la época como pastiche, sope, fresa, teto y motherrrno, y del miedo que nos daban el sida, el botón rojo y que nos operaran de las anginas. En fin, que esa década da para todo esto y mucho más, así que viaje en el tiempo y lea los 80 en 2019.