Los autores defienden, a lo largo de esta obra, la unicidad del ser humano, que siempre debe ser tomada en cuenta. Están convencidos de que para ayudar al que sufre no existen fórmulas mágicas, pero siempre contarán entre sus ingredientes ciertas dosis de ciencia, técnica y arte, que en manos sensibles y empáticas logren crear el espacio en que cada quien, a su ritmo y con sus propia herramientas, encuentre sus respuestas.