Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El interés por Walter Benjamin ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, sólo hay un relativo conocimiento para resolver el enigma de su obra. Este libro no intenta alcanzar la sistematicidad o la valoración sumaria que han eludido hacer algunos comentaristas, sino que es más bien una obra sobre el espíritu de Benjamin, una reflexión desde distintas perspectivas sobre el autor y sobre el significado revolucionario de sus escritos hoy en día. La primera parte explora tres temas centrales en Benjamin: la alegoría barroca, la cultura como producto de primera necesidad y la revolución como intervención mesiánica en la historia. La segunda parte considera los problemas y las posibilidades de la crítica revolucionaria.