Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Es precisamente esa otra consolación ante la vejez lo que me mueve a mí a dirigirte ahora esta larga misiva desde Atenas. Tú has dejado claro en tu obra, al hablarnos de que las dificultades de la vejez no provienen