Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En una situación en que las desigualdades, tanto socioeconómicas como en lo que a las relaciones de poder respecta, crecen sin tregua ni control, la búsqueda de alternativas al capitalismo desenfrenado se convierte en un deber imperioso. Pocos son, sin embargo, quienes han abordado esta apremiante tarea, escudados en que cualquier tentativa de repensar las relaciones establecidas linda con la utopía.
Esta magistral obra constituye un ataque en toda regla contra cierta complacencia que domina el panorama de la teoría social contemporánea; reconstrucción sistemática de los valores fundamentales y objetivos factibles para una teoría y una praxis de izquierdas, en Construyendo utopías reales Erik Olin Wright sienta las bases para un conjunto de alternativas, concretas y emancipatorias, al sistema capitalista. Rigurosas y comprometidas, estas utopías, bien reales, están llamadas a convertirse en un hito del pensamiento social del siglo XXI.