El amor al cine es a primera vista, es una pasión profunda, sorpresiva e irracional. El cinéfilo , desde su más tierna infancia , sabe que está condenado a perdurar este romance hasta el final de sus días , alimentándolo de la única forma posible : viendo mas el cine hasta el cansancio , soñando con él , incluso hasta abandonar la sala cinematográfica Si esta es en verdad una pasión de las buenas , el enamorado hará el uso del patrimonio familiar para invertir carteles , videos , tarjetas , libros , todo aquello relacionado con el cine .