Natural de Oaxaca, estado conocido por contar con destacados artistas plásticos, Pablo Luzardo (1969) es un caso especial. Pintor poco complaciente, no prepara obras coloridas para el turismo intelectual que visita la Vieja Antequera. Es un creador sólido que se expresa lo mismo en pintura que en gráfica; su obra se encuentra en media docena de museos reconocidos y sus exposiciones individuales, desde 1996, lo han llevado no sólo por todo México sino por Estados Unidos, España y Corea. La pintura de Luzardo encuentra ahora cauce en un catálogo de su trabajo más reciente, el cual incluye dos breves textos que dan cuenta del creciente interés en su obra. Uno de ellos, de Heinrich Pfeiffer, destaca el valor de las emociones en el trabajo del pintor; el otro, del crítico Antonio Calera Grobet, coloca entre sus coetáneos la obra de Luzardo. Fogra Editorial, cuyo trabajo lo dedica en buena medida a la difusión de las artes plásticas en México, para con ello apoyar a los artistas plásticos y contribuir al conocimiento y la difusión de sus creaciones, merece ser apoyada en su iniciativa.