La existencia de cineastas nóvelas, dispuestos y deseosos de debutar a nivel industrial, la urgente necesidad de una renovación de las temáticas y el lenguaje cinematográfico en el cine mexicano son los cimientos en los que se basó la fundación de una nueva compañía de producción. Cinematográfica Marte, comanda por dos muy jóvenes empresarios: Mauricio Walerstein, entonces de 21 años, y Fernando Pérez Gavilán de 29.
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