Sinopsis
William Hazlitt (1778-1830) pertenece a esa entrañable y singular generación literaria que, además de continuar con fortuna las pasiones y aficiones del prócer Samuel Johnson, congregó a las mentes más lúcidas de la Gran Bretaña durante la primera mitad del siglo XIX. Como sus contemporáneos Charles Lamb, John Keats, Thomas de Quincey, Percey Bysshe Shelley, William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, cultivó el ensayo y la crítica literaria, el arte de la conversión y las caminatas largas y distendidas. Personaje de quien se dijo que en su juventud había preferido la pintura por incompetencia en la escritura, se convirtió, sin embargo, en un maestro consumado del ensayo literario. El lector de estos Textos fugitivos encontrará en ellos el estilo sencillo, preñado de erudicón, sentido del humor y discreta cortesía que caracteriza a la prosa de Hazlitt.El presente volumen prolonga a un autor indispensable de Ensayistas ingleses, antología que presentamos anteriormente al público en esta misma colección y en cuyo Estudio preliminar refiere Adolfo Bioy Caseres: "Hay obras que siguen un patético destino de infelicidad. Lo que un hombre trabajó con su más lúcido fervor se marchita, como calcinado por una secreta voluntad de morir, y lo que hizo como en un juego, o para cumplir con un compromiso, perdura, como si la creación despreocupada comunicara un hálito inmortal.William Hazlitt quiso ser pintor (dejó un hermoso retrato de Lamb), quiso ser filósofo, quiso ser historiador. Entre tanto escribió innumerables ensayos y llegó a ser, opina Saintsbury, el mejor de los críticos.